La discapacidad se puede vencer, el secreto está en ti ¡QUERER ES PODER!
"CAMPEONATO DE ESPAÑA 2016 CICLISMO ADAPTADO"
El Campeonato de
España de ciclismo adaptado se celebraba en la ciudad andaluza de Estepona,
Málaga. Bajé unos días antes para reconocer el circuito y descansar del pesado
viaje. Circuito urbano, con peligrosas curvas
y sin desnivel, horrible para mi gusto y características, una carrera de
arrancar, parar y volver a arrancar. Tras reconocer el trazado me pareció más
peligroso incluso de lo que pensaba. Cada vuelta tenía 3 curvas cerradas de 180
grados cortadas por el interior de tres rotondas y dos curvas de 90 grados muy
peligrosas ya que la visión de la trazada no era clara, además un asfalto sucio
y con deformaciones. Lo tenía todo para tener mucho cuidado.
El sábado a las
17:30 h comenzaba mi participación en la contrarreloj individual. El día
anterior los jueces de la prueba decidieron reducir de 15 km a 10 km la
contrarreloj. Desconozco si esto se puede hacer, pero se hizo. He entrenado
para una distancia de contrarreloj concreta y de repente te quitan de un
plumazo 5 km. El planteamiento de la crono cambia por completo. Las
intensidades deben ser muchos más altas ya que el tiempo de competición es más
corto. ¿Cómo pueden hacer esto? No lo sé, pero se hizo. Planteamiento de
carrera formato prologo más que contrarreloj, beneficiando sin duda a handbikers
de más fuerza y potencia que yo. Primera dificultad del campeonato. Si en
Sudáfrica venia de correr una contrarreloj de casi 20 km, aquí 10 km por
decreto de última hora.
Para añadir más
salsa a los caracoles, la tarde del sábado es tormentosa. Vientos muy fuertes, tanto
llueve como luce el sol. El viento tira el arco de menta provocando un
accidente y la salida se retrasa 1 hora. Comienzo a calentar con sol y termino
bajo un aguacero enorme.
Hablo con participantes que han terminado la crono y
dicen que el trazado es muy peligroso, que la lluvia lo ha dejado
impracticable. Si antes era peligroso, ahora mucho más. Me voy para el cajón de
salida. Soy el último que sale de mi categoría al ser el campeón del 2015. Estoy
tranquilo. Me he quitado el casco de crono y las gafas para tener más visión.
"El agua del trazado salpicará a la cara y anulará la visión" pienso. Arranco con fuerza.
Llego a la primera curva de 180 grados, la trazo con dificultad y percibo
cierto deslizamiento de las ruedas traseras pero salvo el escollo y aprieto con
fuerza. Veo un handbiker en la distancia y voy a por él. Lo alcanzo en la
entrada de la rotonda y comienzo a adelantarlo por el exterior, cuando de
repente, las ruedas traseras de la handbike patinan, estoy sin control y giro
sobre mi mismo. La lluvia ha provocado que realice un trompo, un giro de 200
grados que me sitúan en contra dirección. Preocupado, intento recuperar el
sentido de la carrera. Giro despacio hasta que sitúo la handbike correctamente
y arranco. Pierdo bastante segundos pero no pienso en ello, sólo en como salvar
la siguiente curva. Llego a ella y entro despacio pero las ruedas traseras se
vuelven a ir y me veo impactando contra el bordillo, percibo que voy a reventar
las ruedas de carbono traseras pero consigo detenerme antes del impacto.
Respiro aliviado y vuelvo a arrancar. “Se
prudente”, me digo.
La contrarreloj consiste en entrar muy despacio en las curvas para evitar que las ruedas traseras patinen y arrancar con fuerza después de cada curva. Parar y arrancar, intentando mantener la intensidad en los tramos sin peligro. Sin duda, no es posible llevar una potencia constante. Consigo salvar la primera vuelta y me planteo dar la última vuelta a tope pero sin arriesgar. Tras varios sustos, aprieto el máximo hasta cruzar la línea de meta. Mi tiempo son 19:18 minutos, a 31,5 km/h. No estoy nada contento. Sé que el trompo va a limitar mis posibilidades.
Termino en 4 posición, a 17 segundo del ganador. Decepción. Así son las carreras, unas veces ganas y otras pierdes.
La contrarreloj consiste en entrar muy despacio en las curvas para evitar que las ruedas traseras patinen y arrancar con fuerza después de cada curva. Parar y arrancar, intentando mantener la intensidad en los tramos sin peligro. Sin duda, no es posible llevar una potencia constante. Consigo salvar la primera vuelta y me planteo dar la última vuelta a tope pero sin arriesgar. Tras varios sustos, aprieto el máximo hasta cruzar la línea de meta. Mi tiempo son 19:18 minutos, a 31,5 km/h. No estoy nada contento. Sé que el trompo va a limitar mis posibilidades.
Termino en 4 posición, a 17 segundo del ganador. Decepción. Así son las carreras, unas veces ganas y otras pierdes.
Después de la
contrarreloj experimento sensaciones de rabia, tristeza, impotencia, cabreo….
Se que lo podría haber hecho mucho mejor pero no ha sido posible. Tengo ganas
de darlo todo en la prueba en línea, de quitarme la espina que llevo clavada
pero el circuito es peligroso y temo que los nervios y ataques hagan una
carrera nerviosa y accidentada.
El domingo a las
9:00h estamos esperando el orden de llamadas para ir a formar la línea de salida.
Parece que no se enteran y los jueces comienzan a llamar primero a los últimos
handbikers de la contrarreloj. Comienza el desorden antes de empezar así que
cuando veo un hueco, me voy para la línea de salida.
Arranco con fuerza, pero
después de mi experiencia en Sudafrica, quiero reservar fuerzas para los
cambios de ritmo posteriores. Salida lenta y se forma un pelotón, algo poco
habitual donde rodamos cerca de 10 handbikers estirados. Una fila larga que
llama la atención del público. Poco a poco perdemos efectivos y se forma un
grupo de cabeza de 5 corredores. Las curvas se trazan con extremada prudencia,
nadie quiere hacerse daño. Siento que la carrera es lenta, voy en el grupo sin
grandes esfuerzos. Estoy atento en los pasos por curva, cuando yo empiezo a
trazar, los que van primeros han salido de la curva y temo un ataque que abra
hueco. Paso a la 4 posición.
Estamos en la 3 vuelta cuando en un giro de 180
grados monto mi defensa delantera sobre la defensa trasera de un compañero,
traza la curva pero yo no puedo girar la rueda delantera ya que no roza en el
suelo. Al salir el de la curva, logro apoyar la rueda delantera, estoy en
dirección al bordillo y sin tiempo ni espacio para frenar, impacto con el
bordillo. La inercia de la velocidad provoca que todo el lateral derecho de la
handbike impacte contra el bordillo. Temo haber pinchado la rueda delantera y
doblado la trasera. Estoy encajonado contra la acera y no puedo salir. Intento
desplazarme con las manos pero no me muevo.
Pido ayuda pero no llega. Observo como los rivales se van. Acabo de
perder el grupo de cabeza y no me puedo mover. Tras varios intentos y gritos de
desesperación, consigo desplazar la rueda delantera, me empujo con los brazos y
salgo del atasco en la acera. Vuelvo a pedalear pero un ruido trasero dice que
algo roza o se ha doblado en la handbike. Voy a tope a por la cabeza. Observo
que un trozo de tubular se ha desgarrado de la rueda delantera, puedo pinchar
en cualquier momento. Sé que la trazada lenta en las curvas del grupo de
cabeza, me da margen para reducir distancia. Es pronto y espero que no haya cambios
de ritmo ni ataques en la cabeza. Tras 4 minutos a tope vislumbro la cabeza y
al poco vuelvo a contactar con ellos. Necesito un respiro. He gastado una bala.
Me sitúo en 5 posición a cola de cabeza. No estoy para dar relevos.
Van pasando las
vueltas hasta que llega la última. Km 35 de carrera. Sé que mis fuerzas andas justas y
planteo atacar antes de las curvas cerradas, cerca del final. De repente, se
acelera el ritmo. Han cambiado de ritmo antes de entrar en una rotonda de 180
grados, faltan 4 km a meta. A la salida de la curva, la guerra se desata.
Intento responder. Veo la rueda del rival que se ha quedado algo cortado e
intento llegar a su altura. Hago el esfuerzo pero no doy para más, no consigo
alcanzarlo. Se abre un hueco. Me supera el que va detrás. Lo llevo a escasos
20 metros pero no soy capaz de recortar la distancia. La cabeza está a
distancia y la opción de podio también. Decido terminar evitando los accidentes
y garantizar un 5 puesto. La rueda delantera está dañada y puedo pinchar en
cualquier momento
Al terminar, percibo
gran decepción. Las fuerzas no me han acompañado. El ritmo no ha sido fuerte.
No he corrido con el corazón en la boca y así lo atestiguan la media de pulso y
vatios. A pesar de la intensidad, no he tenido capacidad para reaccionar al
final. Algo ha fallado. Considero que mi preparación ha sido buena, tengo buena
capacidad aeróbica aunque hoy no me he encontrado. La única explicación que encuentro es la
debilidad muscular provocada por las dichosas infecciones de orina.
Desde que empecé el
año llevo arrastrando muchos problemas con las infecciones de orina. Mi
discapacidad exige sondajes intermitentes, tanto va el cántaro a la fuente que
termino generando infecciones de orina.
El año pasado pasé 8 meses sin problemas, logré mis mejores resultados y di un
salto de calidad importante. Este año acumulo muchas infecciones de repetición
con sus respectivos tratamientos de antibióticos. El sábado anterior al
campeonato de España, terminé la última sesión de antibióticos. Esperaba recuperar
durante la semana para afrontar con garantías la competición pero en carreras
de alta intensidad y con rivales de entidad, al final las fuerzas no son las
que tienen que ser. Con estas palabras puedo resumir mi campeonato, no pretendo
poner excusas a mis resultados ni desmerecer la victoria de los rivales ya que
ellos se preparan al 100%, como lo hago yo. Pero esta situación me lleva a una
reflexión profunda, ¿qué sentido que tiene entrenar tanto, si a la hora de la
verdad las infecciones no me dejan rendir al máximo? Conclusión, si quiero
continuar en este deporte, debo solucionar el problema de las infecciones de
orina desde ya.
Sin duda, aprendo
más de las derrotas que de las victorias. Saco mis conclusiones. Felicito a los
ganadores por su trabajo y constancia, sin duda hacen que el nivel nacional sea
más elevado y pronto podamos codearnos con la élite mundial.
Gracias a todos los
patrocinadores que han hecho posible mi presencia en Estepona, a la Federación
Aragonesa de Ciclismo, siempre es un orgullo defender los colores de Aragón. Gracias
a mi compañero de fatigas, José Manuel Carcasona que me ha acompañado en los
últimos campeonatos de España. Él es el perfecto compañero que hace más fácil
mi preparación en las carreras. Gracias amigo, un placer como siempre.
Gracias a JCV Shipping&Solutions, Quickie, Coanfi, PowerBar, Trangoworld, …etc GRACIAS Y HASTA LA PRÓXIMA.
Gracias a JCV Shipping&Solutions, Quickie, Coanfi, PowerBar, Trangoworld, …etc GRACIAS Y HASTA LA PRÓXIMA.
"COPA DEL MUNDO DE PIETERMARIZBURG, SUDÁFIRCA"
El
año 2016 está marcado por el acontecimiento deportivo más importante que existe
en ciclismo adaptado, las Paralimpiadas de Rio de Janeiro. Todos los paraciclistas
que participan en pruebas de la Unión Ciclista Internacional UCI y logran
buenos resultados, aportan puntos UCI a su país, según el número de puntos
logrados para España, se asignaran unas determinadas plazas para Rio.
El
paraciclismo masculino español ha logrado 8 plazas para Rio, que se repartirán
entre ciclistas de pista y ruta, y entre todas las especialidades de ciclismo
adaptado que hay como tándems de ciegos, bicicletas, triciclos, handbikes…etc.
Las handbikes no compiten en pista, perdiendo opciones de medalla frente a
otras especialidades que pueden optar a ambas (pista y ruta), por lo tanto la
clasificación de una handbike para Rio es, muy, muy difícil….. o estas en
disposición de medalla o no es posible acudir a las Olimpiadas.
Mi
objetivo para 2016 es participar en competiciones internacionales de alto nivel
y ver que opciones de medalla puedo tener. Como prueba de fuego decidí
acudir a la primera Copa del Mundo de Ciclismo adaptado del año, se
disputaba en Pietermarizburg, Sudáfrica, los días 6-7-8 de Mayo.
Una
contrarreloj larga y con desnivel acumulado, junto a una prueba en ruta dura
por los fuertes repechos, la convertían en una Copa el Mundo ideal para mis características.
Volar
a Sudáfrica requiere varias escalas aéreas ya que no hay vuelo directo desde
España. Saliendo de Barcelona por la tarde, haciendo escala en Paris, llegamos
a Johanesburgo a primera hora de la mañana. Aquí debíamos coger otro vuelo a
Piertermarizburg pero serían más de 24 horas de viaje y decidimos hacer una
noche de hotel y recorrer al día siguiente, en coche de alquiler, los 480km que
nos separaban del lugar de la carrera. Una paliza de viaje que deja las fuerzas
mermadas.
Mis
máximas expectativas en Sudáfrica estaban puestas en la prueba Contrarreloj, a
disputar el sábado 7 de mayo a las 14h. Un total 18,45 km y fuertes desniveles. Tras reconocer el trazado
varios días antes, analizar las curvas peligrosas y donde debía apretar, mis
impresiones eran positivas aunque esperaba algo más desnivel. El listado de
inscritos no era amplio y aunque faltaban algunos de los mejores handbikers de
mi categoría, había corredores a los que
nunca había ganado, como excampeones del Mundo o medallas en Paralimpiadas. El
objetivo de la medalla era más que difícil pero lo iba a luchar.
El
día previo a la contrarreloj descansé bastante bien, algo complicado ya que
normalmente me comen los nervios. El día amaneció triste, algo lluvioso pero
fue mejorando conforme pasaban las horas. Coloqué el rodillo para calentar 45
minutos antes de mi salida. Mis sensaciones los días anteriores a la carrera
habían sido buenas, llegando a umbrales óptimos de vatios, disfrutando en las
rampas duras, recuperando perfectamente. Según caliento, sé si la contrarreloj
será buena o no. Este días mis sensaciones eran algo peores que los días
anteriores. Intento alejar estos pensamientos negativos, “son nervios, me digo,
todo irá bien”.
Tras
pasar el control de la UCI que verifica que la handbike es correcta para la
competición, subí al cajón de salida. 5,4,3,2,1….gooo!!!
Arranqué con fuerza pero sin pasarme, calculaba que el tiempo de los mejores contrarrelojistas estaría entorno a los 30 minutos, demasiado larga para malgastar las fuerzas al principio. Nada más salir, comienza un repecho constante, largo pero sin excesivo desnivel.
Arranqué con fuerza pero sin pasarme, calculaba que el tiempo de los mejores contrarrelojistas estaría entorno a los 30 minutos, demasiado larga para malgastar las fuerzas al principio. Nada más salir, comienza un repecho constante, largo pero sin excesivo desnivel.
Debía
recorrer 18,45km, 3 vueltas a un trazado de más de 6,15 km. Antes de completar
la primera vuelta, el excampeón del mundo, el austriaco Walter Ablinger, que
salía 1 minuto detrás de mí, había llegado a mi altura. Cuando te supera un
rival, los ánimos se vienen a bajo pero intenté pensar que yo siempre acabo
mejor de lo que empiezo, “vamos todavía falta mucha crono”
Mis
sensaciones eran peores que en días anteriores y me costaba mantener los vatios
que tenía establecidos. La
segunda vuelta la rodé mejor, encontré ese ritmo bueno que te permite ir alto
de pulso y con buenas sensaciones. Sabía que en la tercera debía darlo todo
y así lo hice. Terminé los últimos kilómetros con todo lo que tenía, sacando
fuerzas de donde no había energía.
Rodé
cada vuelta en torno a las 11 minutos, a más de 32,5km/h. Con un tiempo final de 33:21 minutos. Fui muy regular pero
no estaba satisfecho. La media de vatios era inferior a otras contrarrelojs que
he hecho y este año estaba preparado para superar mi media de potencia. Algo
decepcionado y con cara de pocos amigos, me fui directo al rodillo para
decalentar. Mientras pedaleaba en el rodillo, reflexionaba con lo ocurrido, “quizás
he perdido potencia en las bajadas” me decía, cuando de repente, oí por la
megafonía mi nombre. No le hice caso ya que pensaba que hablaban de los participantes
pero cuando lo oí por tercera vez, me puse nervioso y pedí que se acercaran a
ver los resultados.
Había
logrado la medalla de bronce. Había logrado mi objetivo. Había hecho realidad
un sueño que parecía inalcanzable. Una medalla en una Copa del Mundo.
Un resultado muy justo pero que recompensa mi trabajo y esfuerzo del año. Alejado del primero a más de 3 minutos y muy cerca del 4º clasificado, tan sólo 14 segundos de diferencia y del 5º a 22 segundos. El objetivo estaba logrado y mi alegría era enorme.
Un resultado muy justo pero que recompensa mi trabajo y esfuerzo del año. Alejado del primero a más de 3 minutos y muy cerca del 4º clasificado, tan sólo 14 segundos de diferencia y del 5º a 22 segundos. El objetivo estaba logrado y mi alegría era enorme.
Después
de un día con grandes emociones, es cuando más me cuesta dormir. Al día
siguiente tenía la prueba en ruta, 49,2 km, 8 vueltas al trazado del día
anterior. Debía descansar para rendir, me cuesta recuperar cuando lo doy todo.
A las 6:00h de la mañana sonó el despertador.
El
domingo 8 de mayo, a las 10:45 horas tenía lugar la salida de la prueba en ruta.
Llovía. Correr en mojado es muy peligroso para cualquier bicicleta y más para
una handbike que sólo dispone de un único freno en la rueda delantera. Día
desapacible y me esperan casi 50 km y cerca de 600 metros de desnivel positivo.
No
me gustan las salidas que suelo hacer ya que siempre pierdo la cabeza de
carrera en las arrancadas iniciales. Mi planteamiento: salir a tope y mantener
la rueda de los mejores, para intentar descolgar a rivales directos al final de
la prueba y volver a optar a la medalla.
La
cámara de llamadas me sitúa en primera línea de salida al quedar tercero en la
contrarreloj del día anterior. Saludo a izquierda y derecha. Se hace el
silencio y la cuenta atrás. Arrancó con una fuerza inusitada. Me posiciono en
primer lugar del grupo. Imagino que en breve me pasaran los rivales y es allí
cuando debo mantener sus ruedas. Nadie me pasa. Voy como una moto. Entro en la
primera curva a 400 metros de la salida en primera posición. Comienza el
repecho y decido abrirme para dar paso a algún relevo.
El
relevo llega, pero es un relevo demoledor. Voy hasta las orejas de ácido
láctico y los brazos no me dan para más. Intento mantener la rueda, lo consigo
unos metros pero ese no es mi ritmo. Sufro por mantener las ruedas pero no soy
capaz y poco a poco se abre un hueco insalvable con los rivales. Decido llevar
mi ritmo. "Regula la intensidad, queda mucha carrera, siempre vas de menos a
más", me digo. Aunque la realidad es que me ha faltado experiencia, extenuado, no he sabido regular mis fuerzas en los momentos
importantes.
Desde
este momentos, aparecen un montón de despropósitos que alejan la medalla de forma irremediable. A los pocos
kilómetros, la pierna derecha se me cae por debajo de la defensa delantera. Me
roza el pie en el suelo en las curvas a derecha. Busco un sitio para parar,
debe ser cerca de alguien que me ponga la pierna en su sitio y en bajada para
volver a lanzar la handbike. Observo unos espectadores y tiro de freno para
detenerme. El suelo está mojado y provoca una frenada de 15 metros donde voy
deslizando por el asfalto sin poder detenerme. Acuden a mi y me posicionan la
pierna derecha. Arranco con fuerza y a los pocos kilómetros, en otro badén, la
pierna derecha vuelve a salirse. Pedaleo
unos cuantos kilómetros tomando precauciones en los giros a derecha. Al rato,
observo al rodilla derecha y veo que la llevo manchada de grasa. La cadena me
está rozando en mi rodilla provocando una herida. Detengo la handbike, abro el
cinturón, me incorporo, aflojo las
cinchas de las rodillas para dejarlas caer, vuelvo a posicionarme la pierna y
arranco. Al rato la pierna derecha vuelve a estar por debajo de la defensa y
solo pienso en acabar cuanto antes para que la herida de la rodilla no vaya a
más. Observo que no vengan rivales por detrás y con la pierna derecha fuera de
lugar, termino lo más dignamente que puedo.
Siempre
intento controlar todos los aspectos de la handbike para evitar problemas como
el de hoy. Desconozco si la lluvia mojada destenso las cintas donde apoyo los
pies o al salir precipitado del rodillo el día anterior, solté tensión en los
apoyos. La cuestión que la prueba en ruta fue un auténtico despropósito.
Siempre
se me da mejor la contrarreloj que la prueba en ruta. Compito mejor contra mi
mismo que contra los rivales. A pesar de los problemas en la ruta, terminé muy
satisfecho con la participación en Sudáfrica. Había logrado mi objetivo,
llevarme a casa una medalla de Copa del Mundo.
Gracias
a todos los patrocinadores que han hecho posible mi presencia en Sudáfrica.
Gracias a todos los que me animáis, recibo vuestra fuerza y energía para seguir
logrando buenos resultados. Todo es posible. QUERER ES PODER.
LA INVERNAL DE MOTORLAND 2016
El
fin de semana del 16-17 de Enero de 2016 se celebró la VI edición de La
Invernal de Motorland en Alcañiz (Teruel), un fin de semana de puertas abiertas
del Circuito de Moto GP para Atletas, ciclistas, patinadores, handbikers y
curiosos. Ya son 4 ediciones consecutivas con participación de handbikers, un
deporte que se consolida, con mayor número de participantes y nivel.
El
sábado 16 se celebró los entrenamientos libres o prueba contrarreloj. Tras una
hora de rodar por el circuito, la vuelta más rápida se computa como
clasificatoria para ver quien salé desde la “pole” el domingo. El día era
desapacible, hacía mucho viento y la sensación térmica era de mucho. Los
resultados de los handbikers fueron pobres, fue imposible mejorar el record de
circuito. Si en 2015 lograba dar la vuelta de 5 km en 10:19, este año lo hacía
en 10:59, 40 segundos peor. El viento en contra en la subida de Motorland, hizo
imposible mejorar el registro, no obstante logré la “pole”.
La
prueba del domingo consistía en 100 minutos de handbike, el handbiker que pueda
dar más vueltas en ese tiempo, gana La Invernal 2016. Motorland es la primera
carrera del año, ninguno de los participantes llega en las mejores condiciones
de forma pero sirve para alegrar un poco el corazón después de tanto
entrenamiento de base. Personalmente, planteo la carrera de Motorland como una
forma de ver mi progresión anual y ver como he mejorado de un año a otro. En la
edición del 2015 fui capaz de recorrer 45 km en los 100 minutos, este año mi
objetivo era llegar a los 50 km. Para ello debía dar las vueltas de 5 km por
debajo de 11 minutos, objetivo ambicioso pero había que intentarlo.
Arrancó
la carrera de 100 minutos a las 15:00h. El día era primaveral, el viento había
desaparecido y hacía un calor excesivo para esta época del año. Con una
parrilla en formación de 14 handbikers, comenzó la prueba. La salida no fue muy
rápida. Se formó un grupo de cabeza con 6 handbikers que hizo la subida en
grupo.
Al
llegar a la curva del sacacorchos, contra peraltada y muy rápida, si trazas
mal, es fácil perder la rueda del grupo handbikers, así que entré en la curva
en segunda posición, adelantando por el interior al handbiker de cabeza. Otro
compañero me siguió y al salir de la curva, abrimos al grupo un hueco de 20-30
metros que se hacen irrecuperables si los perseguidores no colabora en la
persecución. Con Luis Miguel Marquina, nos escapamos en solitario.
Luis
Miguel es más grande y pesado que yo,
apretó en la bajada y volamos hacía el primer paso por meta ampliando la
distancia con los perseguidores. En la subida, retomé la cabeza y la mantuve
hasta la bajada donde Luis Miguel pasó al relevo. Y esa fue la tónica de casi
toda la carrera. Uno hacía la subida y el otro la bajada. Funcionamos a la
perfección, como un buen equipo. Rodábamos todas las vueltas por debajo de 11
minutos, estaba logrando el objetivo marcado pero los minutos pasaban y el
final se acercaba.
En
la bajada de la 7ª vuelta, ambos nos tomamos un gel, señal que los ataques iban
a comenzar. Luis Miguel fue le primero que cambió el ritmo. Abrió un hueco de
20 metros que se ampliaron a 50 metros en el pasó por la línea de meta. Apreté
los dientes y regule la intensidad hasta alcanzarlo a mitad de la subida, al
llegar a su altura, ataqué. Mantuvo la rueda un buen rato pero terminó cediendo
y coroné la subida en primer lugar. Fui a tope en la bajada donde sabía que iba
a perder tiempo y pasé por meta en primer posición. Observé el tiempo y calculé
que faltaban 10 kilómetros para terminar los 100 minutos. Podía lograr mi
objetivo de hacer 50 km así que mantuve la intensidad en la subida, trazando
con prudencia las curvas para evitar sustos.
Logré
el objetivo, rodar 50km en 100 minutos, mi tiempo fue 1:46:30, a 2:30 minutos
del segundo clasificado y a 5:38 del tercero. Los tres fuimos capaces de rodar
50 km dentro de los 100 minutos, algo no logrado hasta ahora y que dice la
mejora rápida que existe en este deporte.
Mi
valoración es muy positiva, mi mejor vuelta fue la 8ª, al final de la carrera,
cuando ataqué, haciendo un tiempo de 10:22, casi 40 segundos mejor que en la
crono del día anterior. Lograr estos tiempos en este momento de la temporada
son positivos, la progresión no para y eso me hace ser optimista respecto a lo
que tiene que venir.
El
objetivo para el 2017 ya está marcado en La Invernal de Motorland, hacer 55 km
en 100minutos. Rodar por debajo de 10 minutos cada vuelta de 5km, eso implica
ir a más de 30 km/h y subir más de 600 metros de desnivel positivo. Objetivo
ambicioso pero ilusionante. Querer es poder.
Agradezco
a todos los asistentes su presencia, llegaron desde rincones de toda la
geografía nacional Extremadura, Zamora, País Vasco, Valencia, Cataluña, Madrid….etc
GRACIAS
POR VENIR
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