Hace
bastantes meses Miguel Bergua y Óscar Puyuelo me comentaron el reto que tenían
en mente, “Dos ciclistas cruzan en formato Non Stop los Pirineos escalando los principales
puertos de montaña”, todo por una causa solidaria, llevar luz a un pueblo de
Senegal.
La
ruta consistía en salir de Huesca capital y llegar al Mediterráneo para una vez allí,
cruzar los pasos fronterizos que separan España de Francia hasta el Cantábrico,
escalando los principales puertos de montaña del Tour y La Vuelta para regresar
a Huesca 100 horas después y con 2000 km en las piernas. Una locura.
Las
pruebas Non Stop consisten en pedalear las 24 horas del día, sin descansos,
provocando un desgaste físico y psicológico extremo donde lo peor es el
cansancio que se acumula y el sueño que existe en todo el equipo, el no dormir
provoca descuidos que derivan en
accidentes.
Mi
vida cambió tras un atropello mientras participaba en la RAAM, una prueba Non Stop
que cruza EEUU de costa a costa, muchos recuerdos venían a mi mente y revivir
aquellos momentos me parecía muy duro e injusto para mi familia, principales
sufridores de todo lo sucedido.
Pero
creo que todos debemos enfrentarnos a nuestros fantasmas, me olvidé de los
recuerdos y pensé en derribar otro muro, en volver a vencer la discapacidad, una
silla de ruedas en una prueba Non Stop, ¿por qué no?
La
familia va entendiendo cada día que no todos los proyectos terminan mal, que
los accidentes son imprevisibles y pueden suceder en cualquier momento y lugar,
que realmente me siento vivo y me olvido de la discapacidad en mis aventuras.
Además,
un fuerte vinculo personal me une a Miguel Bergua, uno de los ciclistas
implicados en el proyecto, fui profesor suyo en el IES Martínez Vargas, él me
ha acompañado en las salidas de todos mis proyectos deportivos, vino conmigo en
la primera etapa de los 12.822 km que pedaleé hacia Pekín y no se perdió la
salida de Madrid donde comencé los 1800 km dirección Londres. Además Óscar vino con su pareja Ana a pedalear dos días en Pau camino Londres. Debía estar con ellos, así que acepté la propuesta con un objetivo principal; todo el equipo debía
regresar sano y salvo.
He
pensado muchas veces en mi atropello, nunca he buscado culpables salvo el
chaval que se me llevó por delante, pero he terminado olvidando la culpabilidad
ya que considero que yo soy el primero que alguna vez me he despistado al
volante. Pero algo tenía claro de mi accidente en RAAM, que hubo fallos
organizativos que no quería que se repitieran en la Pirineos Non Stop, así que
solicité vía libre para gestionar el reto según mi criterio. Oscar y Miguel
aceptaron encantados.
Mis
premisas eran claras, un coche detrás del ciclista las 24 horas del día, un
equipo amplio de personas de apoyo y el máximo descanso posible para equipo y ciclistas.
Por mi experiencia, el ciclista hace un esfuerzo titánico pero el equipo tiene
carencias de sueño que derivan en despistes que terminan en accidentes, ir a
20-30 km/h detrás de un ciclista es tedioso y aburrido, se duerme hasta el más
valiente, así que debían ir dos personas por vehículo, que debían ser relevadas
cada vez que cambiaba el ciclista.
Organizamos
cada jornada de pedaleo de la siguiente forma; un ciclista pedalea 8 horas
hasta un punto determinado, el otro ciclista le sustituye y cicla otras 8
horas, al amanecer, el ciclista descansado vuelve a pedalear 4 horas, y otras 4
horas el otro ciclista, por lo tanto 12 horas de bicicleta cada uno. 8 horas de
pedaleo, en apariencia parece que implica un gran descanso para el compañero que
no cicla pero la realidad es bien distinta, cuando llegan al vehículo de descanso
se deben duchar, cambiar de ropa, comer, hidratar, etc, lo cual implica más de
1:30h perdida de descanso, luego, el vehículo debe desplazarse hasta el
siguiente punto de encuentro, 2-3 horas de viaje, al llegar el ciclista puede
descansar pero le suena el despertador con un tiempo prudencial para hacer el
relevo y si además el ciclista que pedalea se adelanta al horario previsto,
todo se convierte en una locura que como máximo le permite descansar con el
vehículo parado unas 3 horas. Todo esto en el relevo largo, en el corto de 4
horas, el descanso es prácticamente imposible.

Con
este planteamiento salimos un miércoles 29 de mayo a las 18 h desde Plaza
Navarra en Huesca, muchos amigos ciclistas nos acompañaron y en esa primera
etapa que llevaba a Miguel Bergua hasta la provincia de Lleida, yo decidí
pedalear con mi handbike hasta Barbastro, 63 km, pasando por Monflorite,
Blecua, Pertusa, Laluenga y Peraltilla. El viento era favorable y la ilusión
enorme, así que los kilómetros pasaron rápidos. Óscar tomo el relevo y en lugar
de pedalear 8 horas, realizó el recorrido en menos de 6 horas, eso pasa por
estar más fuerte que el vinagre, así que Miguel salta de nuevo a la carretera
para llegar a tierras de Girona y terminar sus 4 horas en LLança. Comenzaba la
transpirenaica, Oscar ascendió hasta Portbou y ciclo por puertos duros, decidí
subirme a la handbike e ir a su encuentro, pedaleamos juntos un rato
disfrutando de un terreno que había pedaleado con mi amigo Pedrito cuando, hace
unos años, recorrimos la transpirenaica con alforjas.

Desde
este momento, apenas 1 día de nuestra salida, la Non Stop cambia de una forma
radical. El tiempo empeora y comienza a llover. Al principio tímidamente pero
al llegar la noche y con el relevo de Óscar en las proximidades de Andorra, la
ruta se convierte en un auténtico infierno. Óscar debe ascender el col de
Envalira y allí le sorprende la noche, el frío, la lluvia y una ventisca de
nieve que hace imposible el ciclar, pero no se arruga, avanza aunque el sentido
común le dice “¡pero que hago yo aquí!”.

Desciende bajo un torrencial de agua y
llega a la autocaravana calado hasta los huesos y temblando de frío, sin duda
padece hipotermia y le cuesta entrar en calor. Miguel salta al asfalto mojado e
inicia la ruta en contra dirección, los
estragos del cansancio pasan factura. Corona el col de Cantó, llueve y llueve
como si el cielo se fuera a romper, los descensos son peligrosos y la prudencia
le invita a ir con tranquilidad hasta Llavorsí. Oscar le espera inquieto,
después de lo vivido de madrugada le espera otro hueso duro de pelar, el col de
Bonaigua, un puerto de 2027 metros de altitud que comienza lloviendo y corona
nevando. La estampa es espectacular, en un entorno nevado, un ciclista avanza
impasible, los ventisqueros acumulan más de 5 metros de nieve, pero no rebla,
continúa dando a los pedales por llevar luz a un pueblo de Senegal.
Mientras
tanto el sueño y el agotamiento va mermando al resto de componentes del equipo.
Comenzamos la aventura los dos ciclistas (2), el handbiker (3), Paula (médico)(4), Nacho
(fisioterapeuta)(5), Ana (comunicación)(6) y Néstor (conductor)(7). La previsión es que
cada 24 horas se produzca un relevo de dos personas del equipo por otras dos
personas frescas, en Ripoll se incorporan Mónica(8) y Sergio(9) mientras Nacho y
Paula pasan a descansar en un furgoneta, pero Nacho se siente mal, vomita y
debe ser trasladado hasta su casa.
En
Viella Miguel Bergua comienza su etapa más dura, debe coronar puertos de
montaña como el Portillón y el Peyresourde, pedalear por el valle de Luchon y
llegar a Bielsa, todo con una intensa lluvia. En principio la ruta nos llevaba
a puertos míticos del Tour como el Aspen o el Tourmalet, pero la nieve hace
imposible su tránsito. Acompañado de amigos, Miguel vence la dificultad y cruza
el túnel que le conduce a España. Óscar espera su nuevo turno y decido
acompañarlo unos kilómetros. Sergio y Mónica son sustituidos por Javi
(Inicia)(10), Toño Escartín(11) y José Antonio Aniés(12) quienes conducirán sin tregua para
que el resto del equipo descanse. Óscar pedalea en la oscuridad desde Bielsa a Sabiñanigo,
atravesando el Añisclo y el Cotefablo.

En tierras serrablesas nos espera una
sorpresa, Tere y Luis de Biciaventura nos han preparado una cena caliente en
compañía de unos amigos. Degustamos los manjares a las 3 de la madrugada, al
terminar Miguel vuelve al asfalto para coronar el Somport y regresar a Francia,
Óscar le espera para un nuevo relevo, su próxima parada es Belagua (Navarra).
En
Belagua se incorparan Josan(13) y Mirian(14), que sustituyen a Toño y José Antonio. La
familia de Bergua ha llegado para apoyar a su hijo, ¡vamos Miguel!, le animan
cuando comienza a pedalear. Cada vez falta menos pero el tiempo no da tregua,
no para de llover. Miguel pedaleada por infinidad de puertos rompepiernas, con
rampas del 15% y siempre en compañía de la lluvia, debe bajarse de la bici en
varias ocasiones para cambiarse la ropa, no siente sus articulaciones. Termina
sus últimas 8 horas de pedaleo y devuelve el turno a Óscar que recorre tierras
navarras, francesas y vascas para llegar a Oiartzun, tras una etapa donde
encadena un puerto detrás de otro.
El
cansancio es palpable, pocas ganas de hablar pero ya falta menos, lo más duro
de la Pirineos Non Stop está recorrido.
Buscamos el buen tiempo pero la meteo se resiste. Miguel pedalea hasta Pamplona
coronando con niebla el col de Belate.
Óscar llega a Berdún y parece que cuando
regresamos a nuestra provincia el sol vuelve a sonreír. Ya casi lo tenemos.
Miguel pedalea la última etapa, junto a él se incorporan nuevos ciclistas que
quieren acompañarle en los últimos kilómetros, yo me uno en el Puerto de Santa
Bárbara, Oscar en Murillo de Gallego.
Juntos, igual que cuando iniciamos
la ruta, llegamos a Huesca con 2000 km en las piernas en menos de 96 horas. Una
auténtica paliza donde Miguel y Óscar han demostrado ser grandes campeones.
Un
esfuerzo al límite por ayudar a otras personas, un ejemplo para mejorar el
mundo en que vivimos. Abrazos, llantos y una enorme ilusión por haber terminado
con éxito la aventura.
Personalmente,
termino muy satisfecho, todos han regresado sanos y salvos. Hemos vencido los
contratiempos y las dificultades acaecidas. Fui firme en decisiones y duro en
ciertos momentos, me siento como el malo de la película pero siempre lo hice
pensando en el éxito del reto. Nadie del equipo olvidará esta aventura. Percibo
que una silla de ruedas ha estado perfectamente integrada en un equipo Non Stop,
así que mi satisfacción es máxima. No hay reto imposible. Querer es poder.
Las donaciones todavía están abiertas, pon tu granito de arena para que este esfuerzo haya valido la pena.
http://www.deportistassolidarios.org/retos/pirineos_non_stop.html
GRACIAS EQUIPO POR VUESTRO MAGNÍFICO TRABAJO.