El fin de semana del 31 de mayo y 1 de junio, se
celebró en las localidades vascas de Andoain y Zarautz el Campeonato de Euskadi
de Ciclismo Adaptado. Una prueba ejemplar que va por su séptima edición y que
cada año mejora para el disfrute de sus asistentes.
El sábado 31 de mayo amaneció lloviendo, la
contrarreloj era a las 16:00h y por suerte el sol empezó a lucir poco antes de
iniciar la prueba. Salí en penúltimo lugar gracias al puesto logrado el año
anterior. Cada 30 segundos, las diferentes handbikes tomaban la salida en un
circuito urbano de 1,25 km (una calle hacía arriba y otra hacia abajo) al que
debían dar 3 vueltas hasta completar los 3,8 km del trazado. Una crono
explosiva donde no era posible reservar energías.
Intenté calentar bien para salir con un pulso alegre
pero tras la espera en la línea de meta, el pulso se hundió. Arranqué con
fuerza, logrando los máximos vatios en salida de todas las carreras del año
pero llevaba excesiva cadencia y no me encontraba del todo a gusto. La trazada
de las curvas de 180 grados provocaba una reducción de la velocidad importante,
casi parar, para volver a arrancar con fuerza tras la trazada. Como siempre fui
de menos a más pero no pude doblar a los rivales que tenía próximos, por el
contrario, Víctor Rotaru, que salía último como ganador del año pasado, me pilló
en la recta final de la contrarreloj.
Al final terminé 2º con un tiempo de 7:27, ganando
Rotaru con un tiempo de 6:55. Rodé a 30,5 km, mejorando considerablemente los tiempos
del año pasado donde logré una velocidad media de 27,9 km/h. Como siempre no
estaba satisfecho ya que había perdido más de 30 segundos con el actual Campeón
de España en ruta. Se que lo puedo hacer mejor pero esta vez, no pudo ser.
El sábado 1 de junio, a las 9:30 h de la mañana,
tenía lugar la prueba en ruta. En un trazado de 9 km que nos llevaba de Zarautz
a Getaria, debíamos dar 4 vueltas hasta completar los 36 km de la carrera. Me
posicioné en línea de salida de los primeros y arranqué con fuerza, los
primeros 500 mt fui en cabeza llevando tras de mi a varios handbikers. Cuando
empezó un pequeño repecho, Rotaru imprimió más ritmo y consiguió distanciarse,
no supe reaccionar y marchó en solitario.
Mantuve una intensidad elevada, sin ser máxima, llevando
tras de mi a dos handbikers. Completé una vuelta y media tirando del grupo,
unos 14 km y decidí parar a la espera que los rivales tomaran la iniciativa. Se
pusieron en cabeza pero bajaron el ritmo, a la expectativa de lo que hacia.
Aquí me planteé los dos tipos de carrera que podía hacer; subir la intensidad a
cotas máximas para intentar soltarlos y que las distancias con Rotaru fueran
menores o plantear una carrera de ataques continuos, con cambios de ritmo que
fueran mermando poco a poco las energías de los rivales. Casi siempre opto por
la primera opción y esta vez opté por la segunda.
Fue una carrera donde me lo pasé genial. Utilicé todo
tipo de estrategias para arrancar donde creía que podía hacer daño. A la salida
de una curva, en el repecho, en la bajada, quedándome el último para cambiar el
ritmo, perdiendo 20 metros como señal de debilidad y esperar la arrancada de
los rivales buscando desgastar sus fuerzas etc. Fueron más de 15 ataques donde
uno u otro de los rivales se turnaban para salir a mis arrancadas. Fue puro
ciclismo, lo disfrute. La verdad que nunca conseguía abrir grandes distancias
ya que ni soy un tipo potente ni forzada la máquina en exceso (siempre tienes
que reservar algo de fuerza por si te devuelven el palo), esperando que las
energías de los rivales fueran mermando. Quería jugarme el 2º puesto en un
ataque final máximo a 3-4 km de meta, y no llegar al sprint donde mis
posibilidades, hoy por hoy, son reducidas.
Tras el paso por meta de la última vuelta, uno de los
rivales pinchó y el grupo se redujo a dos para los últimos 9 km. En la parte
más dura del repecho el rival intentó atacar, respondí y me situé a su rueda.
Yo tenía previsto atacar justo después del repecho, en un tramo de bajada,
donde mi mayor peso corporal respecto al rival fuera una ventaja. Sabía que el
desgaste de energía del compañero tras el cambio de ritmo fue importante, así
que arranqué con fuerza para abrir un hueco de 20 metros que se amplió a 100
metros en poco tiempo. Mantuve la intensidad hasta meta y llegué 2º de mi
categoría y 3º de la general, detrás de los actuales Campeones de España.
Fue una carrera donde no seguir la rueda del mejor en
la salida me decepciona, todavía no estoy a su nivel, pero por otro lado, sé
que en el mundo de la handbike los cambios de ritmo y los picos de potencia
máximos son fundamentales y hoy hubo mucho de eso. Sin duda me ha servido como un
magnífico entreno de cara a próximas competiciones internacionales donde espero
ir mejorando.
La organización ¡CHAPEAU! da gusto venir a Euskadi
para disfrutar del ciclismo. Recibí una “txapela”, como no había nadie de H2 que terminara la carrera, la organización decidió darme el galardón como 3º de la
general. Agradecido con el detalle, espero regresar algún día para ganar.
Tremendo Diego, me encantan tus estrategias , buena carrera , estas en forma.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Saludos desde Bruselas.